En este post, vamos a describir las ventajas que nos aporta la creación de un glosario de términos consistente y bien estructurado para abordar un proyecto de localización de videojuegos.
Supongamos que recibimos un proyecto de localización de un videojuego que se encuentra en desarrollo; para el profesional de la localización, el escenario más habitual. Tenemos que empezar a localizarlo desde cero, lo cual, posiblemente, implique gestionar la localización de futuras versiones o actualizaciones que se desarrollen.
¿Qué necesitamos para llevar a cabo una localización profesional, coherente y consistente? Como ya hemos visto en posts anteriores, uno de los primeros pasos consiste en aclarar con el cliente cualquier duda que pueda surgir acerca de la terminología. A continuación, investigar a fondo la temática y el universo que rodean al juego, y que se habrán integrado en un determinado género o géneros. Por tanto, a modo de “red de seguridad”, y que en ocasiones posponemos cuando nos acercamos al abismo de los cambios y actualizaciones en su desarrollo, creamos un glosario que refleje todos los aspectos de jugabilidad, interactuación, temática y diseño, no solo como una correlación de términos en distintos idiomas, sino en forma de campos que contextualicen, en la mayor medida posible, todos estos aspectos.
¡Manos a la obra!
¿Cómo crear una base de datos terminológicos?
La finalidad de crearnos un buen glosario es facilitar y homogeneizar nuestra traducción. Para ello, debemos agrupar la terminología en diferentes categorías.
Por ejemplo, si nos enfrentamos a la localización de un videojuego con temática bélica, primero, tenemos que investigar el léxico que aparece desde los primeros batches o lotes, y sus posibles traducciones a la lengua meta.
¿Es un juego con ambientación medieval, futurista o se desarrolla en el presente? Esta primera apreciación influirá en nuestras decisiones terminológicas sobre el tipo de armamento, vehículos, lugares, categorizaciones de rangos y bonificaciones, diseños o bandos, entre otros.
En cuanto al tratamiento de la ficción y la realidad, debemos preguntarnos si el juego está basado en un hecho real o es una historia ficticia, o se trata de una combinación de ambas realidades? En el primer caso, deberemos informarnos acerca del hecho histórico y su posible terminología acuñada. ¿Imaginas no traducir correctamente el nombre de acontecimientos tan importantes como el Desembarco de Normandía? ¿O te planteas cambiar el nombre geográfico del Canal de la Mancha por el que hubiera sido su denominación correctamente traducida en su momento? Como estrategia de localización y transcreación, en el segundo caso, tendremos que explotar nuestra creatividad y capacidad de nuevas creaciones de la lengua a lo largo de su localización y, por supuesto, adaptar esa creatividad al público español.
Ahora que nuestro glosario va tomando forma, tenemos que decidir los campos que vamos a incluir y que conformarán la organización de nuestra base terminológica. En este punto es importante incluir aquellos campos que mejor nos ayuden a identificar los términos adecuados para cada momento de la localización del juego.
Aunque todo esto se crea a gusto del consumidor, para agilizar nuestra tarea, es importante recopilar toda la información terminológica de la manera más visual posible. Por ejemplo, en nuestro caso podríamos incluir un campo con todo el contexto que tengamos sobre el término, la categoría en la que se clasifica, su definición e incluso dónde aparece en el juego. Lógicamente, añadiremos el término en la lengua origen y su correspondiente traducción.
En ciertos glosarios que contengan información intertextual, también es recomendable incluir la fuente de la que se ha extraído el término, de manera que se pueda consultar.
Como ejemplo de creación de nuestra base terminológica, si nos basamos en nuestro ejemplo de juego, podríamos considerar las siguientes categorías: personajes, escenarios, localizaciones, armamento, técnicas de combate, packs del juego, diseños, eventos… Dentro de cada una de estas categorías, incluiremos nuestro léxico.
¿Qué ventajas nos aporta un glosario organizado y estructurado?
Gracias a la creación inicial de un glosario terminológico, la tarea de localización nos resultará más ágil, segura y consistente ya que, al disponer de todo el léxico recopilado, podremos consultarlo siempre que nos aparezca durante la localización ya sea al comienzo de esta o bien seis meses después con cambios o actualizaciones en el desarrollo del título.
De esto también depende la consistencia de nuestro producto final: si nos surgen dudas sobre cómo se traduciría un término durante la localización, tenemos la posibilidad de consultar cuál se ha escogido en nuestro glosario e incluirlo, sin volver a recurrir al ejercicio de documentación y reflexión sobre los motivos por los que nos decidimos entonces a incluir cada término y proponer su traducción única y claramente identificativa.
Por otro lado, ¿qué ocurre si algún término aparece indicado de manera diferente a lo largo del juego? Por ejemplo, hay nombres de armas que pueden aparecer escritos en los materiales de localización de manera diferente en el tiempo, pero que harían referencia a esa misma arma. En ese caso, disponer de todas las variantes posibles de un término recopiladas nos supondría un ahorro de tiempo y esfuerzo encontrar su equivalente. En estos casos, sería un buen momento incluir la fuente de la que se ha extraído el término en nuestro glosario si no lo hicimos al inicio.
¿Masculino o femenino?
Por último, ¿cómo saber el género de algunos sustantivos al traducir al español? No podemos dejarnos nada en el tintero y, como ya sabemos, el tratamiento del género es un aspecto crucial en lenguas romances como el español a la hora de traducir de un idioma como el inglés. Nos plantearemos cuestiones como, ¿este término se referirá a un arco o una ballesta? ¿Es un personaje masculino o femenino? Si a ello le sumamos que es muy probable que no contemos con una imagen como referencia, la duda o falta de contexto puede hacer que lo traduzcamos utilizando el género incorrecto.
Nuestro consejo en este caso es que, en el campo del contexto, incluyas su género como lo encontrarías abreviado en un diccionario de manera que, si necesitas consultarlo, puedas identificar el género con el término y lo traduzcas correctamente.
Además, durante la localización de videojuegos, deberemos tener en cuenta otros aspectos relacionados con el tratamiento del género, como el lenguaje inclusivo y la aplicación de diferentes estrategias de neutralización, como veremos en una próxima publicación.
Como veis, contar con una base de datos terminológicos para la localización de un videojuego no solo nos ayudará en su localización, sino que también nos ahorrará tiempo y esfuerzo, además de dotar nuestra localización de consistencia en la terminología seleccionada.
Por otro lado, si se trata, como en nuestro ejemplo, de un videojuego que se va a seguir desarrollando y actualizando, necesitaremos recurrir a esa base de datos en futuros proyectos. Así, conseguiremos que nuestra localización sea consistente: ¡mucho más fácil para nosotros y para los gamers!
Esperamos que puedas aplicar todas estas recomendaciones que aparecen en este post y que entre tus prioridades de preparación de tus proyectos de traducción y localización sitúes la creación de un glosario entre las primeras. ¡Te esperamos en nuestra próxima publicación!
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